La caza de la perdiz roja en ojeo es, sin lugar a dudas, la máxima expresión de la caza menor en España. Conocida en el mundo entero, el sueño de todo cazador es enfrentarse a una barra de patirrojas que, a endiablada velocidad, nos sorprende en nuestro puesto proporcionando sensaciones que ninguna otra modalidad es capaz de igualar.

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Los ojeos de perdices aparecen en España a finales del siglo XIX, siendo SM el rey Alfonso XIII, el mejor tirador de su época, su gran impulsor. En los años 20 era ya una modalidad muy popular en las grandes fincas españolas.

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En Quintanar llevamos cazando perdices desde hace 4 generaciones. La finca, con encinas centenarias, quejigos, enebros y una movida orografía quebrada por profundos barrancos ofrece cambiantes paisajes y una gran variedad de situaciones de tiro que diferencian unos ojeos de otros y hacen de Quintanar un lugar único y privilegiado para la caza de perdices.

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Las especiales características de Quintanar nos permiten cazar todos los días del año no teniendo que limitarnos a las fechas establecidas para el resto de fincas.